Tanganika y la risa que contagia

La risa, al igual que los bostezos, se contagia, y existen infinidades de tipos: las hay más agudas, las hay graves y profundas, existen algunas más nasales o extrañamente arrítmicas. Realmente, cada risa es única y se transmite a los demás de forma imparable. Este es el caso de la epidemia de risa de Tanganika.

Payasos (y las sonrisas) Sin Fronteras

¿Cuánto vale una sonrisa? Seguramente muchos son los investigadores que han intentado medirlo. La realidad es que su valor es incalculable, pero seguro que sube exponencialmente cuando se produce en lugares donde la tristeza y el miedo son el pan de cada día. Una sonrisa ilumina la cara de quién la ofrece y esa luz se expande rápidamente entre todos aquellos que la comparten.

Una casa llamada hogar

El “bienvenidos” de la alfombrilla de yute, la loca cola de mi perra que me recibe al llegar, la lámpara de cerámica que ilumina la sala y la manta de cuadros guardada encima del sofá. Son pequeños detalles como estos los que te dicen que estás en casa, en ese lugar creado especialmente por y para cada uno de nosotros, en ese rinconcito del mundo al que llamamos hogar.

Una nariz roja que corre por el Polo Norte

¿En qué pensamos cuando nos hablan del Polo Norte? Seguro que nos vienen a la cabeza la nieve, el frío, los osos polares y los esquimales. Pero también es un lugar mágico donde podemos encontrar a Papá Noel y su fábrica de juguetes, a la aurora boreal y… ¡a una nariz roja de payaso!

Mañana, 5 de abril, Enric Gómez dará el primer paso para cumplir uno de sus mayores sueños: la maratón al Polo Norte. En total, 25 atletas correrán esta maratón extremadamente fría de más de 26 millas. Pero por si el reto no fuera suficiente, el corredor ha querido compartir su sueño con 4.219 sonrisas.